® Carlos Alguacil para Rittagraf
Muchos nos lo habíais pedido y aquí está. Recuperamos y mejoramos el clásico tutorial que nuestro técnico, Carlos Alguacil, escribió en 2016 cuando dirigía el taller y el contenido técnico de Vostok Printing Shop. Por aquel entonces se tituló Un Tutorial esperado: Construir una caja de luz UV y ayudó a que muchos talleres y particulares pudiesen dar el primer paso en la profesionalización de sus trabajos. Ya no lo encontraréis en la red pero aquí lo hemos recuperado y ampliado. Parte importante de este tutorial también lo podéis encontrar desgranado en el libro Triunfar Estampando, editado por Gustavo Gili en 2018 bajo el título Una mesa de luz UV: una herramienta multifunción. Así que, parafraseando la controvertida frase atribuida históricamente a Fray Luis de León, dicebamus hesterna die (como decíamos ayer):
Qué es y para qué sirve una mesa de luz UV
Mesa de luz UV, insoladora casera, caja de luz ultravioleta, mesa de insolado o mesa de exposición. Todos son diferentes nombres para describir la misma herramienta. Por definición, los procesos de técnicas de fotomecánica necesitan del uso de una máquina de exposición de luz ultravioleta: una mesa de luz UV.
Una caja de luz UV tiene diversos usos y es muy útil para cualquier taller de técnicas de estampación. Con este tipo de caja podremos exponer pantallas de serigrafía, planchas de offset, planchas de fotopolímero para fotograbado, heliograbado, sellos o letterpress. Incluso podemos usarla para otros procedimientos cercanos a la fotografía, como la cianotipia, antotipia o van dyke, entre otros.
Existen diversas fuentes de iluminación que producen las ondas de luz UV que necesitamos para estas técnicas: Lámpara metal halógena, lámpara de xenón, lámpara de mercurio de alta presión, lámpara de vapor de mercurio, lámpara de tubo fluorescente super actínico y luz de led UV. La tecnología lumínica más usual en insoladoras profesionales son la lámpara metal halógena y el fluorescente super actínico (comúnmente llamado fluorescente UV).
Tipo de luz UV: Fluorescentes UV vs Led UV
De entre todas las opciones lumínicas, las opciones más accesibles para realizar una caja luz casera son los fluorescentes UV y las tiras de led UV.
En este caso, nosotros decidimos construir una caja de luz UV con fluorescentes UV y no con led UV. La elección tiene una explicación bastante lógica. Seguramente quieras construir una caja de luz UV para serigrafía, aunque también querrás que sea funcional para otras técnicas. Los fabricantes de emulsiones de serigrafía fabrican en función de la demanda de sus clientes y la inmensa mayoría sigue utilizando insoladoras metal-halógenas de multiespectro o insoladoras de fluorescentes UV. Basta con echar un vistazo a las fichas técnicas de las emulsiones de cualquier fabricante del mundo. Allí encontramos recomendaciones de aplicación y exposiciones. Es posible que el futuro del mercado vaya hacia el uso de luz led ultravioleta, pero para que esto funcione, fabricantes de luces LED y fabricantes de emulsiones tienen que alinearse. Hasta el momento esto no está sucediendo.
¿Significa esto que con una caja de Luz Led UV no podré hacer serigrafía? No, desde luego que no. Con una caja de luz UV led también vas a poder hacer tus pantallas de serigrafía e incluso puedes utilizarla para otras técnicas. Pero, aunque cada vez se está poniendo más de moda el uso de luz led UV, hay que prestar atención. Es importante saber qué características técnicas ofrece la luz Led UV que vamos usar. No todas las luces led UV sirven. Es fácil confundir conceptos técnicos que pueden derivar en una decepción en nuestros trabajos. Un error en la construcción de nuestra caja acabará haciéndonos dudar, por ejemplo, de nuestra emulsión. Y puedes acabar preguntándote, ¿por qué a otros les sale y a mí no?.
Construir una caja de luz UV paso a paso
En este tutorial, os explicamos paso a paso cómo construir una caja de luz con fluorescentes UV.
Como ya hemos comentado, de todas las opciones lumínicas, el fluorescente UV es el que reúne lo mejor de cada una: es versátil, está alineada con la mayoría de fabricantes de productos y procesos fotomecánicos, es relativamente asequible y por el momento resulta fácil acceder a los componentes.
Paso 1: Escoger bien los fluorescentes UV
Como hemos comentado antes, en serigrafía y otras técnicas de fotomecánica, se usan materiales de los que requerimos realizar exposiciones lumínicas para reactivar las sustancias que los componen. En la mayoría de ellos, el tipo de luz requerida es la UV (Ultravioleta). Esta luz se sitúa en una longitud de onda que va desde 10 nm hasta 480 nm (nanómetros). Por debajo de 400 nm esta longitud de onda comienza a no ser visible al ojo humano y alrededor de esta longitud de onda la luz, tiende hacia tonos violáceos.
La onda de luz más efectiva para lo que necesitamos es la que se encuentra aproximadamente entre 350 y 400 nm. Puede haber variaciones dependiendo del material y la técnica que queramos trabajar.
Las lámparas de luz UV intentan simular diferentes rangos de onda de la luz ultravioleta. En su mayoría, reproducen algunos espectros violáceos que son visibles al ojo humano. Hay muchos tipos de lámparas ultravioletas con aplicaciones diversas y no todas las luces UV son indicadas para lo que nosotros necesitamos ya que no todas producen el mismo rango ni potencia de luz.
Clasificaciones de luz UV: La longitud de onda Ultravioleta la encontramos dentro del espectro de luz solar, por ello, todas las técnicas a las que nos referimos, pueden realizarse bajo la acción de la luz solar, pero el proceso puede ser muy descontrolado.
Dentro del espectro de rayos de luz ultravioleta, se distinguen varios subtipos y a veces se dividen en categorías. Los más conocidos: UVA (315 y 400 nm), UVB (280 a 315 nm) y UVC (100 a 280 nm) pero hay muchas más divisiones. A groso modo, los rayos cercanos a 400 nm se denominan de onda corta y los que se acercan a 10 nm. serían los de onda extrema. Así, tenemos que escoger lámparas de luz UV tipo A.
Paso 2: Esquema de conexiones para los fluorescentes actínicos
En nuestro caso, hemos decidido hacer nuestra caja de luz con fluorescentes actínicos. Entre otras cosas, pensamos que el fluorescente actínico es muy accesible para todo el mundo, no necesita de profundidades de caja muy grandes, es relativamente económico, consume menos energía y es apto para todo tipo de técnicas que necesiten luz ultravioleta.
Las lámparas fluorescentes convencionales (de luz blanca) producen radiaciones UV pero con una onda muy corta y, aunque sobre algunos materiales puede funcionar, no la recomendamos porque es poco eficiente. Como ya hemos comentado, recomendamos usar fluorescentes de luz actínica, o lo que es lo mismo: luz UV.
Los podemos encontrar de diferentes tipos y potencias. Los que vamos a usar son los de mayor potencia. En nuestro caso, hemos montado una caja grande y hemos usado la referencia de fluorescente actínico TL 60W/101R del fabricante Philips (120 cm), indicado especialmente para reprografía y artes gráficas. También es muy recomendable el BL TL-K 40W (60cm), o el TLK-36W para hacer cajas de luz más pequeñas. Este último se queda un poco corto para alguna técnica y aunque no es catalogado como fluorescente especial para reprografía, es bastante funcional todavía. Por debajo de estas potencias no los recomendamos para el uso que nos concierne. La correspondencia de potencia y tamaño de un fluorescente UV es diferente a la de los fluorescentes comunes.
En ocasiones, estos fluorescentes también son conocidos como fluorescentes de luz negra o “black light”. Pero hay que tener cuidado: comúnmente esta denominación es para un tipo de luz UV con una onda más corta (mucho menos efectiva) y se suelen usar para decoración y para iluminar materiales que sólo son visibles con una onda de luz muy corta; como las pinturas fotoluminiscentes. Las habrás visto colocadas en discotecas y locales nocturnos. La mayoría de luces llamadas black light NO son efectivas para artes gráficas; no darán buenos resultados.
Realizar un pequeño esquema, aunque no sea muy técnico, nos ayudará a entender el conjunto del circuito y podremos planificar con detalle el material necesario. Más abajo os hemos reproducido un esquema muy simple de las conexiones eléctricas. El esquema lo hemos simulado para 4 fluorescentes pero las conexiones serían exactamente iguales para más cantidades de fluorescentes. Nosotros hemos utilizado 10 fluorescentes actínicos de 60W (120 cm).
Importante: Los fluorescentes actínicos o luz UV, pese a ser de una potencia de 36W, 40W o 60W, son más cortos que los fluorescentes blancos de uso doméstico de la misma potencia. Es importante tenerlo en cuenta porque influirá en la cantidad y dirección en la que los coloquemos. Vale la pena asegurarse antes de empezar la construcción de la caja.
Paso 3: Material necesario para el montaje
Para la construcción de una caja de luz, una de las primeras cosas que hay que saber es el uso que le queremos dar. Nuestras necesidades determinarán el tamaño de la caja, altura, profundidad, cantidad de fluorescentes y de material.
En nuestro caso, hemos construido una caja de madera a medida, pero podemos aprovechar un cajón que cumpla con nuestra medidas y necesidades. Para encenderse, cada Fluorescente necesitará de un cebador y de una reactancia. En la ilustración superior enseñamos cómo deben realizarse las conexiones.
Antes de empezar, recolectamos todo el material necesario:
- Cable de instalación (es importante saber el recorrido que necesitamos. En el esquema podemos ver las conexiones).
- Una reactancia por cada fluorescente UV
- Un cebador y una base portacebador por cada flourescente UV
- Un enchufe macho
- Un interruptor
- Tantos fluorescentes actínicos y bases de fluorescentes como deseamos instalar. Nosotros hemos instalado 9 fluorescentes de 120 cm en una caja de 100x130 cm
- Cinta adhesiva plateada. Forrar la caja de un material claro o reflectante mejorará el rendimiento y la eficiencia de la luz. La cinta plata, además nos ayuda a ocultar y sujetar cables.
- Cristal esmerilado. El esmerilado provoca una mejor difusión de la luz. Es imprescindible que el cristal no tenga ningún tratamiento anti rayos UV.
- Herramientas adecuadas: destornillador, cola y/o tornillos, tijeras, etc.
- Un temporizador (opcional).
Paso 4: Distribución y distancia entre fluorescentes
Cuando montamos una caja de luz de estas características es muy importante calcular una buena distancia entre fluorescentes. Dependiendo de la altura de la caja, los fluorescentes deben estar más o menos separados. Aconsejamos que la profundidad no sea menor de 10 cm ni mayor 25 cm. El cajón donde nosotros hemos construido la caja de luz tiene una altura de entre 15 cm.
La separación entre fluorescentes es imprescindible. Necesitamos que la luz llegue al cristal de forma homogénea. Se trata de equilibrar la altura del fluorescente al cristal y la distancia entre ellos. Cuando la luz llega al cristal la difusión de la luz ha de cruzarse y no dejar ningún espacio de la superficie con menos potencia lumínica. Si los fluorescentes están muy separados entre ellos, o la profundidad del cristal a la base es muy pequeña, aparecerán rayas y defectos en la matriz que estemos exponiendo.
Aquí hemos medido la superficie total del cajón y teniendo en cuenta la altura del cristal, hemos separado los fluorescentes entre 10 y 12 cm. Esta distancia está contada desde el centro de la base del fluorescente (no desde las paredes exteriores del fluorescente). Hay que tener en cuenta que en este tipo de fluorescente lo podemos encontrar en varios gruesos (dependiendo de marca y serie), así que el cálculo lo hacemos desde el centro de la base del fluorescente.
Para algunas técnicas, como el fotograbado o materiales fotopolímeros, no conviene que la plancha esté muy cerca de la fuente de luz. Estos detalles pueden determinar las características del tamaño, distancias y profundidad de nuestra caja de luz.
Paso 5: Organizamos y disponemos los elementos
Una vez tenemos todos los materiales, comenzamos a forrar nuestra caja con la cinta plateada. Esto ayudará a reflejar mejor la luz, aprovechando al máximo la potencia de los fluorescentes actínicos. No es un paso imprescindible pero sí que ayudará a mejorar el rendimiento de nuestra caja de luz. Si no fuera posible forrarla, por lo menos, es aconsejable pintarla de blanco.
Una vez organizada la distancia entre fluorescentes ya podemos comenzar a instalar las bases de los fluorescentes. Junto con las bases y dependiendo del espacio, debemos ubicar también el sitio donde colocaremos las reactancias y los cebadores. Los cebadores ocupan muy poco espacio y siempre pueden ir entre fluorescente y fluorescente. Las reactancias pueden ocupar un poco más aunque en este caso también nos han cabido entre fluorescente y fluorescente.
Ubicamos los elementos: fluorescente, cebadores y reactancias. Siguiendo el esquema eléctrico, ya podemos empezar a instalar el cable. No hace falta que todavía fijemos o atornillemos las reactancias y los cebadores. De esta manera, es más fácil manipular el cable y hacer las conexiones. Para realizar las conexiones, recomendamos hacer uso de regletas y seguir siempre los consejos de manipulación del fabricante. Realizar las conexiones no es complicado pero conviene estar atentos y tener siempre las precauciones necesarias.
Importante: Al tener los elementos ubicados en la caja podemos utilizar sólo la cantidad de cable necesario. Los colores en los cables pueden ayudarnos a organizar mejor los empalmes y conexiones. Cuando se están manipulando cables y conexiones eléctricas debemos asegurarnos de no estar conectados a la corriente, evitando riesgos innecesarios.
Paso 6: Fijamos los fluorescentes y los demás elementos
Conforme vamos realizando los empalmes, podemos ir fijando los fluorescentes, las reactancias y los cebadores. Poco a poco vamos organizando la disposición final de todos los elementos. Para fijar las bases de los fluorescentes, los cebadores o las reactancias, podemos usar pequeños tornillos o incluso alguna cola de montaje. La pistola de silicona es una buena herramienta para fijar estas piezas.
Paso 7: Colocamos un interruptor y pulimos el cableado
Para poder facilitar el encendido y apagado de la caja de luz, incorporamos un interruptor. En el mercado hay de muchas clases y tamaños. Para instalarlo sólo hay que seguir las instrucciones, como siempre, del fabricante. Lo único que nos faltará será instalar un enchufe macho.
Una vez acabado todo, podemos usar la misma cinta adhesiva plateada para esconder y ordenar los cables; dejando visibles los extremos y empalmes por si en algún momento necesitamos acceder a las conexiones. De esta manera todo quedará más limpio y ordenado.
Si las conexiones las hemos hecho bien sólo tenemos que conectar el enchufe a la corriente, encender el interruptor y ya tenemos lista nuestra caja de luz Ultravioleta!!!
Importante: La luz UV produce rayos visibles por el ojo humano (que tiende hacia colores violáceos) y otros rayos que están por debajo de esta longitud de onda y no son visibles. Pese a ello, produce daños oculares graves. La luz súper actínica (UV) no debe mirarse directamente. Este tipo de luz no la podemos usar, por ejemplo, para hacer servir de caja de luz para dibujar y visionar fotolitos. Mirar esta luz directamente puede dañar a la vista.
Paso 8: Instalamos un temporizador en nuestra caja de Luz UV
Una vez que ya tenemos nuestra caja de luz construida, existen muchas maneras de mejorar las funcionalidades. Una de las más interesantes y fáciles es incorporar un temporizador para controlar con exactitud los tiempos de exposición de la caja de luz UV.
En los talleres profesionales solemos trabajar con un sistema de fotocélula que cuenta las exposiciones a través de pasos de luz y no por medidas de tiempo. Esto es muy funcional ya que este sistema controla con exactitud la cantidad de luz expuesta, reajustando el desgaste de la unidad de exposición y las posibles variables de tensión en la red eléctrica.
Pese a todo, la inmensa mayoría de talleres siguen trabajando con sistemas de control de exposición basados en el tiempo, y no en la medición de la potencia lumínica expuesta. Es totalmente válido y aceptable para conseguir trabajos profesionales siempre que periódicamente se tenga la constancia de hacer pruebas de tiempos para ajustar los tiempos de exposición al desgaste de las lámparas.
Si queremos controlar los tiempos de exposición de forma automática es tan sencillo como instalar un temporizador como los que usan las ampliadoras de fotografía. Con este tipo de timer podemos cambiar y ajustar los tiempos de exposición, automatizando el trabajo y evitando errores humanos en el encendido y apagado de nuestra caja de luz.
Este tipo de temporizadores tiene un sistema de uso muy sencillo. El temporizador hace de puente entre la corriente y nuestra caja de luz. Incorpora un enchufe al que debemos conectar nuestra caja de luz. Nosotros hemos instalado un temporizador Viponel Electric con pantalla digital que permite tener un control más exacto. En este caso, el control numérico es decimal. Cuando usamos este tipo de controladores, la luz ya no se activa a través del interruptor de nuestra caja de luz sino que lo hace a través del temporizador.
Estos temporizadores todavía se pueden conseguir con relativa facilidad en webs de segunda mano u otros lugares especializados en fotografía analógica como Fotoimpex (Alemania). En Ebay y en Wallapop (España) se pueden encontrar muchos modelos y pueden ser buenas opciones. Usar este tipo de controladores va a mejorar muchísimo la calidad y rendimiento de tu insoladora casera. Te va a permitir trabajar en otras cosas mientras las exposiciones se realizan de forma automática y exacta.